En cuanto a la política pública que
me gustaría destacar es la de los puntos violetas, también conocidos
como puntos morados, el color del movimiento feminista. Los
"Puntos Violeta" son espacios, en los que se sensibiliza al público,
y se atiende, informa y ayuda a víctimas de cualquier tipo de agresión sexista.
Su finalidad por lo tanto es la de concienciar, prevenir y disfrutar la fiesta
bajo el respeto hacia las mujeres, libres de acoso y humillación machista.
ROLES: Claramente impacta en los
roles de genero ya que las agresiones sexistas están incorporadas en la vida de
las mujeres como parte de la cultura de ocio y son percibidas como normales e
inevitables sobre todo por parte de la población joven, en los últimos tiempos
parece observarse un retroceso en la identificación de la actitudes o
situaciones machistas por parte de las jóvenes, lo que dificulta que la misma víctima no tenga la
convicción de que estas conductas abusivas y limitadoras constituyen realmente
una agresión y por este motivo no le hacen frente ni se denuncian.
Haciendo precisamente más patente esta
necesidad en los espacios festivos, para que sean espacios seguros, en los que
la actitud de respeto de hombres y mujeres permitan disfrutar a las mujeres de
la fiesta sin violencia, sin riesgo de agresiones sexistas, sean de la
intensidad que sean.
Se trata de un instrumento promovido
por el Ministerio de Igualdad para implicar al conjunto de la sociedad en
la lucha contra la violencia machista y extender, de forma masiva, la
información necesaria para saber cómo actuar ante un caso de violencia contra
las mujeres. Forma parte del catálogo de medidas urgentes del Plan de
Mejora y Modernización impulsado por distintos ministerios, que supuso un
cambio de enfoque en las políticas públicas de atención a las víctimas,
situando la violencia machista como un problema estructural que requiere de la
implicación del conjunto de la sociedad para acabar con ella.
Parten de la conciencia de que es
necesario un cambio para que las sociedades, y las relaciones entre los
géneros, sean más justas y simétricas, tiene en cuenta la transversalidad de
género, la más importante aportación que nos dejó IV Conferencia Mundial sobre la Mujer: la de Beijing.
RECURSOS: Supone el caso de
agresiones físicas, que la víctima pueda contactar con el dispositivo sanitario
presente en el evento, o bien con los Servicios de Emergencias, bien ponerse en
contacto a través del 900 58 08 88, con la Red de Centros Mujer 24 Horas, donde
profesionales especialistas asesorarán de los pasos a seguir según lo ocurrido.
Facilita a la víctima al tratarse
de un momento extremadamente delicado, un espacio relajado, respetando su decisión
y acompañándola en todo el proceso cuanto lo necesite. Asesorar a la víctima
sobre cómo poner una denuncia o las denuncias de oficio. Así como respetar su
intimidad y anonimato.
REPRESENTACION: Se trata de una política
que busca Implicar a toda la sociedad en la lucha contra la violencia machistas,
los puntos violetas son atendidos por personas voluntarias, en su gran mayoría mujeres.
Supone una representación de las
mujeres, al tener en cuenta su visión de la violencia de género, sus
necesidades al acercar los servicios integrales a las víctimas a través de su
entorno y también facilitar información sobre cómo actuar ante un caso de
violencia machista a establecimientos, entidades, empresas, organismos
públicos.
Sus inicios en el año 2014 fueron a
través del movimiento ciudadano, y de asociaciones
feministas, que se plantearon cómo actuar para prevenir los agresiones sexuales en
entornos de diversión y cómo ayudar a las mujeres que ya han sufrido acoso, abuso o incluso violación. Pero fue Pamplona, en los Sanfermines de 2015, el primer ayuntamiento que montó una caseta
para dar información sobre agresiones sexuales, desde entonces, le han seguido
otras ciudades y pueblos de toda la geografía española, siendo cada vez mayor
su implantación en la sociedad, y suponiendo el reconocimiento de una reivindicación
de las mujeres que estaban pidiendo
ayuda para dejar de tener miedo en la calle y sentirse seguras en la noche, e
implicarse con actuaciones contra la violencia machista.
Fruto del desarrollo de esta política
vemos su gran expansión en todo el territorio español, en todos los niveles
administrativos, asociativos, y en campo del lenguaje, así como su introducción
en el campo de las redes sociales que hoy en día lo envuelve todo y supone un catalizador
y un gran altavoz para cualquier política, instrumento o acción que pensemos difundir
y establecer.
Como consecuencia de esta política se han creado de forma análoga, puntos
arcoíris donde se proporciona asistencia contra las agresiones por orientación
sexual o identidad de género, denominados así en referencia a
la bandera arcoíris, símbolo
del movimiento LGBT. O también
las conocidas paradas violetas, una gran iniciativa, en las líneas nocturnas,
donde la mayoría de las personas usuarias son mujeres., en que las cuando las
usuarias acceden al autobús, pueden solicitar este servicio al conductor o
conductora e indicarles el lugar en el que quieren bajarse, siempre que esté
dentro de la ruta del propio autobús y no suponga un riesgo para la circulación
ni la seguridad del pasaje.
Por último, me gustaría señalar que
a veces estos avances se ven entorpecidos por acciones contrarias como la
ocurrida este verano en Guadalajara donde El Gobierno PP-Vox de Guadalajara
elimino los puntos violetas.
Su desaparición supone lanzar un
mensaje equivocado a la población porque se trata de “invisibilizar” la
violencia que se ejerce contra las mujeres, cuando, además, en marcos festivos
ya se han producido, lamentablemente, tristes sucesos que demuestran, que los puntos
violetas “son absolutamente imprescindibles”. No son solamente un espacio de
protección y seguridad para las mujeres, sino que también son un lugar de
sensibilización al conjunto de la población.
La violencia machista tiene una
definición propia porque responde a una serie de comportamientos sociales,
culturales e históricos muy específicos que la enmarcan. Y la lucha contra la
misma también debe tener unos protocolos y un espacio específicos.
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